martes, 27 de diciembre de 2016

LOS PRIMEROS EUROPEOS NO DOMINABAN EL FUEGO


El pasado 15 de diciembre, la agencia Sinc se hacía eco de una noticia referente a los primeros homínidos europeos y su relación con el fuego. A través del análisis de la placa dental de la mandíbula de Homo sp. encontrada en el yacimiento de Sima del Elefante (Trinchera del Ferrocarril, Sierra de Atapuerca), se determinó que los alimentos que se consumían en la Sierra de Atapuerca hace 1,2 millones de años no se sometían al fuego. 

Otra muestra de la falta de dominio del fuego para esos primeros homínidos europeos viene de la mano también de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca. Pese a su enorme potencia estratigráfica, su elevado número de restos arqueológicos y la buena conservación con la que estos se encuentran, no hay en ellos evidencia, para todo el Pleistoceno, del uso del fuego.

Parece que las primeras evidencias de uso regular del fuego se retrotraen en África a los 1,6 millones de años, aproximadamente. En la lógica de los investigadores cabía pensar que la colonización de nuevos territorios fuera de ese continente, especialmente hacia zonas de Europa donde las temperaturas serían mucho más bajas que las africanas, se vería acompañada del uso intensivo del fuego. Las razones no serían sólo alimenticias, ya que muchos nutrientes son mejor asimilados por el cuerpo humano cuando provienen de alimentos cocinados; sino también de protección, el fuego proporciona calor ante las bajas temperaturas y nos defiende de posibles depredadores; es un símbolo de sociabilización, alrededor de una hoguera se forjan los lazos sociales tan necesarios para la cooperación y la supervivencia y, por último, nos proporciona iluminación, muy útil para la exploración de nuevas áreas cuando no disponemos de luz diurna o para la incursión en  cavidades, cuyas bocas eran uno de los hábitats preferidos por los primeros europeos.

Revisando las evidencias arqueológicas parece que los primeros homínidos llegaron a las latitudes más elevadas de Europa sin el uso habitual del fuego. La primera prueba inequívoca del dominio de esta habilidad en nuestro continente se encuentra en Qesem Cave, en Israel, datada en 300-400 mil años aproximadamente. Son en este caso los Neandertales los que nos dejan amplias demostraciones del su control en esta técnica. No se descarta, sin embargo, que con anterioridad los homínidos se ayudasen del uso oportunista del fuego, es decir, del aprovechamiento del mismo cuando se produce de manera natural, pero las evidencias de dicha práctica son muy difíciles de identificar en el registro arqueológico. 

Además de los beneficios que el nuevo conocimiento desarrollado les ofrecía a los Neandertales, como ya hemos comentado, estos aprendieron también a manipular ciertos materiales ayudándose del fuego, lo cual les permitió trabajar nuevas materias primas o hacerlas más resistentes.

Con todo ello, pese a que hoy entendemos el descubrimiento del fuego como una de las primeras revoluciones tecnológicas que nos ayudaron a desarrollarnos como especie, en Europa aprendimos a sobrevivir mucho antes que a controlar las llamas.


Fuentes consultadas:

Hardy, K.,  Radini, A., Buckley, S., Blasco, R., Copeland, L., Burjachs, F., Girbal, J., Yll, R., Carbonell, E., Bermúdez de Castro, J. M. 2017. Diet and environment 1.2 million years ago revealed through analysis of dental calculus from Europe’s oldest hominin at Sima del Elefante, Spain. The Science of Nature, 104 (2).


Roebroeks, W. & Villa, P. 2011. On the earliest evidence for habitual use of fire in Europe. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 108 (13), 5209-5214.

Stahlschmidt, M.C., Miller, C.E., Ligouis, B., Hambach, U., Goldberg, P., Berna, F., Richter, D., Urban, B., Serangeli, J., Conard, N. J. 2015. On the evidence for human use and control of fire at Schöningen. Journal of Human Evolution, 89, 181-201.

Imagen extraída de la película “En busca del fuego”, Jean-Jacques Annaud, 1981.

martes, 20 de diciembre de 2016

ETNOARQUEOLOGÍA. APORTES Y REFLEXIONES.

En este mes de diciembre, la revista Journal of Anthropological Archaeology ha publicado un volumen especial sobre Etnoarqueología. Esta disciplina nace con el surgimiento de la Nueva Arqueología americana en la década de los sesenta del siglo XX, dada la relación directa entre los restos arqueológicos que se estaban excavando y los sucesores, vivos, de los grupos indígenas que los habían producido. Su objetivo: llegar a conocer qué tipos de comportamientos pueden originar los conjuntos de cultura material hallados en los yacimientos.

Desde entonces, la Etnoarqueología ha hecho muchísimos aportes para interpretar el registro arqueológico, como pueden ser la denominadas "curvas Nunamiut". Entre 1969 y 1972 Binford estudió varios campamentos de caza recién depositados de un grupo Inuit de Alaska (los Nunamiut). A partir de ello, estableció patrones de representación esqueléticas de las presas para inferir modelos de forrajeo y transporte de carcasas. Hoy en día estas curvas son utilizadas por casi todos los trabajos que pretenden concluir estrategias de transporte de carcasas a partir del registro faunístico. Además, la Etnoarqueología también ha aportado importantes reflexiones sobre las comunidades cazadoras-recolectoras del pasado.

Habitualmente, el surgimiento de la complejidad socioeconómica se ha relacionado con sociedades productoras, lo que ha tenido como consecuencia la definición de los grupos pre-agrícolas como "igualitarios" desde el punto de vista social y económico.  Sin embargo, la Etnografía demuestra que la desigualdad y complejidad social y económica existe también en comunidades de cazadores-recolectores (sobre todo basadas en la edad, el sexo,las  habilidades o los conocimientos rituales). De este modo, detrás de unas evidencias arqueológicas que podrían proporcionar una falsa imagen de "simpleza", podría haber una gran variedad de situaciones.

Si retrocedemos a tiempos paleolíticos, la cultura material apenas varía en unos lapsus de tiempo muy amplios. De este modo, las culturas materiales que podemos encontrar en el registro de 1.8 millones de años no difiere mucho de las que podemos encontrar un millón de años después (hace 800 000 años). ¿Podría estar esta aparentemente lenta evolución cultural condicionada por las limitaciones cognitivas que la biología imponía a aquellas especies humanas? ¿No tenían imaginación? ¿O simplemente es que no se han preservado otras manifestaciones culturales?

Hernando-Gonzalo estudió algunas comunidades cazadoras-recolectoras de América y nos proporciona algunas posibles pistas. En estas comunidades, el futuro no es percibido como en la sociedad occidental. Para nosotros, el futuro es un conjunto de posibilidades tan amplio como la imaginación es capaz de concebir. Para ellos, el futuro debe ser de la manera del presente, de la manera que ha garantizado hasta el momento la supervivencia. Mientras que en las sociedades occidentales actuales pretendemos construir un presente a la medida de un futuro que imaginamos, estas sociedades cazadoras-recolectoras aspiran a construir un futuro a la medida del presente que conocen. Por todo ello, mientras nuestra sociedad valora el cambio como clave del funcionamiento social y personal y, por tanto, como lo deseable, estas otras no contemplan el cambio como parte de un sistema positivo. De todo ello se deriva que mientras nuestro pensamiento se caracteriza por la capacidad de imaginación de posibilidades no experimentadas, el suyo es un pensamiento más concreto, vinculándose en su necesidad de fantasía al mundo mítico, el cual se define por el estatismo y la falta de referencia al tiempo.

El hecho de que todavía hoy se realice una gran cantidad de nuevos estudios sobre comunidades cazadoras-recolectoras actuales, refleja que estas aportaciones y reflexiones son valiosas para la Arqueología y que todavía queda mucho por hacer.
Resultado de imagen de inuit

BIBLIOGRAFÍA

BINFORD, Lewis R., 1978, “Nunamiut Ethnoarchaeology”, American Antiquity, 45 (1): 203-205.
GONZALO, Almudena H. 1995, “La Etnoarqueología, hoy: una vía eficaz de aproximación al pasado”, Trabajos de Prehistoria, 52 (2)

LUPO, Karen D., CODDLING, Brian F. (eds.), 2016, "Progress in Theoretically Driven Hunter-Gatherer Research. Journal of Anthropological Archaeology", Journal of Anthropological Archaeology, 44 (Part B).

jueves, 15 de diciembre de 2016

RECORDATORIO CALL FOR SESSIONS

Desde la Asociación de Historia y Arqueología de Burgos, os recordamos que hasta el 15 de enero está abierto el plazo de recepción de propuestas para mesas redondas, sesiones y workshops de las X Jornadas de Jóvenes Investigadores de Arqueología. L@s interesad@s podéis enviar la propuesta a jia2017burgos@gmail.com cubriendo el formulario que podéis descargaros en nuestra página web : http://jia2017burgos.wixsite.com/jia2017burgos/1a-circular

¡Os animamos a participar!

lunes, 12 de diciembre de 2016

CHARLA EN EL MEH: EL ABRIGO DE LA CASTAÑERA

Mañana día 13 de diciembre tendrá lugar en el Museo de la Evolución Humana una charla sobre El Abrigo de la Castañera (Cantabria). Cristina Vega Maeso, directora del yacimiento, nos hablará sobre este interesante proyecto de investigación que se ha ido consolidando con los años y que abarca diferentes cronologías (de Neolítico Final al período altomedieval).

¡Estáis todos invitados!

lunes, 21 de noviembre de 2016

CHARLA SOBRE PALEOMAGNETISMO


El próximo jueves 24 de noviembre a las 19:30 tendrá lugar una interesante charla en el Museo del I.E.S. Cardenal López de Mendoza (Burgos) sobre Paleomagnetismo. La impartirá Ángela Herrejón Lagunilla, investigadora predoctoral de la Universidad de Burgos y miembro de esta asociación. Su investigación es de gran relevancia arqueológica, puesto que las técnicas paleomagnéticas pueden  ser muy útiles, entre otras cosas, para la datación de materiales arqueológicos.  La dirección y la intensidad del campo magnético terrestre van experimentando cambios a lo largo del tiempo, y el Paleomagnetismo nos permite conocerlos un poco mejor gracias a la existencia de cierto tipo de minerales llamados ferromagnéticos (sensu lato), que son capaces de adquirir una remanencia y registrar la dirección y/o la intensidad del campo magnético terrestre. Desde el punto de vista arqueológico, hay dos aplicaciones del paleomagnetismo muy interesantes. Por un lado, tenemos la datación relativa de sedimentos arqueológicos (magnetoestratigrafías), basada en la evaluación de los cambios de polaridad registrados en estos materiales. La comparación de este registro con las secuencias de inversiones de polaridad conocidas permite obtener fechas ante quem y post quem para los materiales. Por otro lado, tenemos el Arqueomagnetismo, que se ocupa del estudio de materiales arqueológicos quemados y permite datarlos bajo ciertas condiciones. En este caso, la técnica se basa en  los cambios más sutiles en la dirección e intensidad del campo magnético terrestre a lo largo del tiempo (fenómeno de variación secular). Hoy en día tenemos curvas de referencia con las direcciones esperadas para los últimos milenios en diferentes regiones: esto nos permite comparar el dato arqueomagnético obtenido a partir de los materiales arqueológicos con las curvas de referencia y deducir una fecha. Pero, además de la vertiente arqueológica, el paleomagnetismo tiene muchas y variadas aplicaciones como por ejemplo, la reconstrucción del movimiento de las placas tectónicas.

Estáis todo invitados a esta charla, donde se tratará el mundo del paleomagnetismo y exploraremos algunas de las aplicaciones de esta disciplina.

viernes, 18 de noviembre de 2016

JORNADAS DE JÓVENES EN INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN BURGOS


 Los encuentros de Jóvenes en Investigación Arqueológica (JIA) son eventos científicos que  tienen como objetivo fomentar la discusión, el contacto y la puesta al día en las investigaciones entre aquellas personas que nos dedicamos a la arqueología y aún no hemos leído la Tesis Doctoral.

Desde 2008 se han celebrado en diferentes ciudades de la Península Ibérica, como Madrid, Barcelona o Lisboa. Desde la asociación AHAB hemos conseguido que la décima edición de este encuentro se lleve a cabo en Burgos en Junio de 2017. Con esto, queremos anunciar que:

- Ya está dispobible la página web (http://jia2017burgos.wixsite.com/jia2017burgos) en la que podéis encontrar más información sobre las jornadas.

- Próximamente se abrirá el plazo para la presentación de sesiones, mesas redondas y workshops.


Desde aquí os animamos a asistir y participar.

jueves, 3 de noviembre de 2016

¿Una nueva especie humana extinta… sin fósil? Nuevos aportes de la Paleogenómica.






En marzo de 2010 un equipo de científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva secuenció ADN mitocondrial extraído de un fragmento de hueso proveniente de una falange encontrada en las cuevas de Denisova, Siberia. Con este descubrimiento la Paleontología daba un salto sin precedentes, pues era la primera vez que se descubría una nueva especie del género Homo con tan pocos restos fósiles: utilizando la información genética de la falange se ratificó que se trataba de una especie diferente a las conocidas hasta entonces, compartiendo con los neandertales un ancestro común de hace unos 650 000 años y con los humanos modernos otro de hace 800 000 años.

Desde 2010 hasta el día de hoy, la Paleogenómica ha aportado una cantidad increíble de resultados que suelen destacar los medios de comunicación, pues proporciona un tipo de información prácticamente imposible de acceder desde los campos de estudio más tradicionales. Ejemplo de esto puede ser la identificación de genes neandertales implicados en el sistema sanguíneo (ABO), en el lenguaje (FOXP2) o en la detección del gusto amargo (TAS2R38). Inclusive, estudios sobre la distribución diferencial de haplotipos por sexos de los neandertales del Sidrón han demostrado que los individuos masculinos adultos presentan todos un mismo haplotipo, mientras que las mujeres presentan tres haplotipos diferentes. Este descubrimiento se ha interpretado como un modelo reproductivo patriarcal local, donde los hombres permanecen en el territorio parental, mientras que serían las mujeres las que cambiarían de residencia.

Y así se han ido sucediendo trabajos muy relevantes para la Prehistoria y la Evolución Humana, hasta que en el pasado mes de octubre se publica un trabajo que marcará otro hito en la trayectoria de esta nueva disciplina y con el que se abren nuevas preguntas. Científicos de la Universidad de Texas (EEUU) estudiaron los porcentajes de ADN de especies extintas que los melanesios modernos todavía poseen. Además de poblaciones nativas de las tierras altas de Papúa Nueva Guinea, también examinaron el ADN de 83 aborígenes australianos. Sorprendentemente, encontraron no solamente ADN de neandertales y denisovanos en estas poblaciones vivas, sino que un porcentaje de su material genético era desconocido. Una hipótesis que se deriva de este hallazgo es que “un tercer grupo de homínidos pudo haber coexistido con los antepasados de los melanesios” (Hesman Say, 2016). No obstante, algunos investigadores recuerdan que a día de hoy aún se sabe muy poco sobre la composición genética de grupos extintos, por lo que todavía es pronto para determinar si el ADN del homínido desaparecido realmente proviene de una nueva especie no descubierta.

De lo que no cabe duda, es que se ha abierto un gran interrogante que generará nuevos estudios en este campo. La Evolución Humana en Asia es todavía muy desconocida y este tipo de estudios mejorarán la comprensión sobre la distribución geográfica de los procesos de flujo genético que tuvieron lugar entre las diferentes especies de homínidos, haciendo cada vez más interesante el puzle de la Evolución.




 REFERENCIAS:


R. Bohlender et al. A complex history of archaic admixture in modern humans. American Society of Human Genetics, Vancouver, October 20, 2016.

A.-S. Malaspinas et al. A genomic history of Aboriginal Australia. Nature. Vol. 538, October 13, 2016, p. 207. doi:10.1038/nature18299

 Hesman Say, 2016. DNA data offer evidence of unknown extinct human relative.